Luces de fin de año
Se encendió ayer tarde en Gijón lo que antes se conocía como iluminación navideña y que a mí, actualmente, me da un cierto reparo seguir llamando de ese modo. Se decidió adelantar la fecha por aquello del bicho que nos pandemiza estos días, para subir la moral dicen, y coincidiendo, por aquello de los decretos del Principado, con la reapertura del pequeño comercio, tan maltratado en las semanas previas. Esa iluminación hace tiempo que se asocia a la alegría que trae la Navidad y las compras con ella relacionadas; cada vez menos se relaciona con las conmemoraciones de la Iglesia Católica y solo habría que echar un vistazo al escuálido aforo que acude a la Misa de Gallo tras la cena de Nochebuena, antaño cita obligada para muchas familias y tras la cual, en los pueblos y también en los barrios, al menos así lo experimenté en Cimadevilla, los jóvenes adolescentes acudíamos a las casas de las muchachas en tropel para festejarlas y ser agraciados con generosas libaciones por los padre