La viuda de John Mccain
John Mccain fue un conocido y respetado senador norteamericano fallecido en 2018; era hijo y nieto de almirantes de la Armada norteamericana, y el mismo fue piloto de la aviación naval. Durante la guerra de Vietnam fue derribado, herido, capturado y posteriormente torturado por las fuerzas del norte que lo mantuvieron prisionero seis años durante los que se negó a ser liberado antes que otros compañeros de infortunio por ser hijo de quien era.
Ejerció más de treinta años como senador republicano por Arizona, donde era la máxima y más querida figura política. Se enfrentó en las presidenciales a Obama, ante el que perdió, para ser después derrotado en la primarias republicanas por el entonces advenedizo Ronald Trump, que lo vejaba tachándole de “perdedor” por haberse dejado capturar en el conflicto vietnamita. Sus enfrentamientos, por la falta de sensibilidad de Trump hacia los combatientes norteamericanos, duraron hasta su desaparición, para cuyo funeral y posterior entierro en el cementerio nacional de Arlington prohibió expresamente la presencia del mandatario.
Su viuda, que sigue siendo una prominente figura social y económica en Arizona, parece tener las cosas claras y en la reciente campaña decidió anteponer los intereses de la nación a los de los republicanos, su partido de siempre, y apoyó claramente al ahora elegido Joe Biden, lo que sin duda contribuyó a la derrota del ahora perdedor Trump. Un ejemplo quizás.
En España parece imposible asistir a ese tipo de comportamientos. Estos días contemplamos la oficialización de Bildu como partido aceptable con sus acuerdos con el gobierno para la aprobación de los presupuestos del estado, algo que, por parte del PSOE, no debería sorprender puesto que ya lo vienen haciendo en Navarra hace algún tiempo, por más que durante años, tanto el doctor Sánchez como otras prominentes figuras del partido, lo hubiesen descartado como algo contrario a la decencia y a la memoria de los asesinados por ETA. Hay que ver qué memoria tan mudable.
En la oposición, especialmente en el principal partido, parece que los hayan ofendido personal y profundamente; es una cacofonía de voces lo que se puede oír. La indignación parece fundada, al menos a mí, que durante años hice decúbito prono para comprobar los bajos de mi coche en la vieja Pamplona, me lo parece, aunque tanto ruido no me da para olvidar que al felizmente enterrado Bolinaga lo puso en libertad el Partido popular, o que a la UPyD de Rosa Díez la dejaron sola cuando en el Congreso propuso la ilegalización de Bildu.
Todo es teatro, especialmente cuando las elecciones están lejanas y todos, sin excepción, presuponen que para entonces todo se habrá olvidado y otras campañas, quizás ya sin desinformación gracias a la acción de nuestro gobierno, serán llevadas a cabo para encauzar convenientemente nuestro voto.
Aquí las viudas, desgraciadamente, no tienen la capacidad de Cindy Mccain, ni tampoco silla en la ejecutiva del Partido socialista.
Raúl Suevos
En Gijón a 16 de noviembre de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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