Necesitamos un Picasso
No, no se trata de un cuadro, ni siquiera de reproducir un nuevo pintor genial como aquel malagueño; no señor, no; no estoy pensando en eso sino más bien en el general Picasso, aquel capitán, laureado memorable de las guerras del Rif, que ya siendo general recibió el encargo del gobierno para instruir un informe sobre las causas del conocido como el Desastre de Annual, en el que perecieron varios miles de españoles masacrados por las huestes de Abd el Krim, en gran parte debido a la desidia del mando español.
El general Picasso, independiente e incorruptible, llevó a cabo una meticulosa investigación que sería la base del famoso informe, en el que se ponían al descubierto las miserias de la organización militar española, del gobierno, de la prensa, y también de la corona. Un informe demoledor que no vería la luz pública puesto que el golpe del general Primo de Rivera lo enviaría a un cajón obscuro donde acumularía polvo durante años. Hoy está a disposición de quien lo quiera leer.
El desastre de Valencia, no creo que se le pueda nombrar de otra manera, merece, en mi opinión, la instrucción de un informe amplio y profundo que traiga a la luz de la opinión pública lo sucedido en estos días aciagos, que han costado la vida a cientos de personas y una destrucción material que le costará varios años de retraso a esa zona del País valenciano. Un informe similar a aquel tan anunciado con ocasión de la epidemia del Covid y que aún estamos esperando.
Parece obvio que las disfuncionalidades han sido muchas y en distintos niveles de la administración del estado y regional, con el resultado de una falta de información en tiempo y forma el día de la tragedia, causante de muchas muertes, y, a continuación, una descoordinación entre los distintos niveles de gestión de la operación de rescate y socorro que ha tenido, está teniendo, y parece que tendrá, como resultado, el retraso manifiesto en la recuperación de las personas, los bienes y el territorio.
Soy consciente que la misión, la designación de un general Picasso, es difícil, por no decir imposible, si tenemos en cuenta el grado de polarización que la política española ha alcanzado, pero debemos ser conscientes que de no hacerlo, de no poner en evidencia ante la opinión pública los errores y, posiblemente, malevolencias de unos y otros, volveremos a encontrarnos a no tardar mucho en una situación similar. El cambio climático se encargará de ello.
Dejo al lector el ejercicio mental de encontrar en la España de hoy un émulo, por características personales, de aquel Picasso, jinete en su caballo Príncipe, galopando entre las balas rifeñas.
Raúl Suevos
A 6 de noviembre de 2024
Traducción en llingua asturiana en abellugunelcamin.blogspot.com
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