Acoso y derribo del paseante

ACOSO Y DERRIBO DEL PASEANTE
Es el otoño tiempo muy agradable en Zaragoza, sobre todo si no sopla el vientoy la ciudad se abre alegre al visitante, y también al vecino, antes de que llegue el inviernocon los fríos, les nieblas y el cierzo. El centro de la villa viene definido por sus bulevares construidos al inicio del siglo XX, anchos y arbolados,  con edificios de la misma época y muy atractivos en sus laterales; los bulevares confluyeen la Plaza de Aragón, auténtico corazón de la ciudad; de allí para abajo corre el Paseo de la Independencia, también espectacular y que acaba en la plaza del mismo nombre. Detrás de ella el casco antiguo, que aún conserva el cardo y el decúmano de la vieja ciudadromana, mantiene todo el encanto con un gran número de palacios, la Catedral de la Seo y el Pilar, además de importantes restos arqueológicos como el teatro romano, hoyvisitable.
Por el bulevar principal marcha el tranvía, obra de la que están muy orgullosos los zaragozanos, al que hace unos pocos años también le metieron el carril bici junto con un sistema de bicis municipal que funciona bastante bien según dicen, y todo esto con un carril por cada lado para los coches. Al estar las facultades de la universidad a caballodel bulevar principal, el de Isabel la Católica y Fernando el Católico, son estas zonas transitadísimas, a veces, especialmente en el fin de semana, multitudinarias.
En estos últimos días, a lo ya descrito, vino a juntarse el patinete eléctrico de alquiler,invento recién llegado a muchas ciudades, tanto que ni siquiera está regularizado. Representan un elemento que pude ayudar resolver los problemas de movilidad dentrode las ciudades; son rápidos, hasta 30km/h, fáciles de encontrar pues tienen gps y laaplicación del teléfono va a decirte dónde está, y cuando acabalo dejas donde teapetezca.
Hasta aquí la parte guapa y agradable de la historia. El problema viene cuando, como muchos ciclistas, dejan el carril bici, van por laaceras, cruzan polos pasos de peatones y abandonan el patinete en mitad del paseo, donde se convierten en un pequeño tormento para el paseante distraído, y digo paseante y no peatón, pues este es el que va bien despierto a alguna parte o a hacer algo, lo otro es el que va tranquilo en sus pensamientos y divagaciones, como se va por el Muro de Gixjón por poner un ejemplo; ahora hay que ir atento, pendiente de los obstaculos en mitad del camino, cuidando que no venga un despistado contra ti a 30km/h y te mande directamente al hospital, como ha sucedido en los últimos días en Zaragoza.
A Gijón aún no llegó el fenómeno de los patinetes,  que en Zaragoza ya tiene dos empresas que ofrecen bicis y patinetes con el sistema descrito, pero es más que probable que en poco tiempo los tengamos también aquí. No me cuesta imaginar que también aquí la gente joven se va a enganchar pronto a esta nueva moda o servicio, el tiempo dirá cual es la palabra más adecuada, pero viendo lo que está pasando pootras partes sería muy bueno que el ayuntamiento empezase a pensar como meterle mano a este fenómeno que sin duda va a llegar también a Gijón.
Raúl Suevos
En Gijón a 23 de octubre de 2018
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