Marxismo-populismo y nacional-populismo, síntomas de una dolencia


Marxismo-populismo y nacional-populismo síntomas de una dolencia
Están las cosas de la política bastante calientes y no parece que se vayan a calmar en los meses próximos, al contrario, todos los indicios nos hacen intuir que aún van a empeorar.La última sacudida vino de la mano de las elecciones andaluzas donde el partido político Vox sacó un montón de votos, muchos más de los que la mayoría se esperaba, tantos que casi se habla más de ello que del hecho de que Andalucía este en situación de conocer el significado de la palabra “alternancia”, que junto con “pluralismo” forman el arco de la bóveda de la democracia parlamentaria, que es el sistema político en el que se basa la convivencia de los españoles.
La mayoría los que hablan sobre el asunto lo hacen negativamente, y le adjudican a Vox los adjetivos de fascistas, extrema o ultraderecha, y algunos peores. Yo me quedo con el de extrema y voy a tratar de explicarme por lo que atañe a la ciencia política, es decir, desde un punto de vista académico, lo más alejado posible de la pasión o del interés político, y para ello voy a tratar de exponer lo que es un sistema de partidos tipo, o estándar.
Hay muchas opiniones o visiones sobre la estructura más normal, teniendo en cuenta que la más ajustada sería la que diese expresión a más sensibilidades políticas, pero entonces el sistema sería poco manejable por exceso de partidos, como pasaba hace unos años en Italia donde había tantos que el Parlamento era un gallineroen el otro extremo tenemos un sistema de partido únicoen ese caso no podemos ni siquiera hablar de democracia, como es el caso, por ejemplo, de Cuba; un poco más allá estaría el bipartidismo, al que se acerca a veces el Reino Unido. Para los estudiosos, o teóricos, esto es, los que predican pero no dan trigo, hay un sistema tipo que daría satisfacción a un gran número de las sensibilidades políticas, y por ello sería el que se podría usar como sistema de referencia. Vamos a verlo.
Este sistema perfecto o equilibrado cuenta con dos grandes partidos, uno a la izquierda y el otro a la derecha, cada uno con un 33% de apoyos más o menos, esto es, 2/3 de los votantes. El otro tercio estaría repartido entre un partido de centro y otros dos más que se irían a colocar a la derecha del de derechas y a la izquierda del de izquierdas, o lo que es lo mismoen los extremos del espectro político, lo que nos da un partido de extrema derecha y un partido de extrema izquierda. Esta situación, como es de suponer, no se da casi nunca porque este es un sistema político de libro al que la realidad de cada país va a darle su justa personalidad y variantes, pero que viene muy bien tener a mano.
En el caso español estuvimos muchos años dentro de un sistema de bipartidismo imperfecto en el que la función de centro basculante la cumplía el factor nacionalista con el PNV vasco y la CiU catalana. Este era, y es, un sistema anormal ya que estos partidos no buscaban, ni buscan, el interés general sino el particular, o en el mejor de los casos el de sus regiones y, además, su peso político estaba y está reforzado como consecuencia del método d’Hondt de reparto de escaños, que es el que usamos en España. Hay que decir que el PCE, primero, y después Izquierda Unida, se colocaban fuera de juego al negarse a pactar con el PSOE.  
La situación empezó a cambiar cola aparición de UPyD primero y después C,s, y la creación de un centro basculante que pudimos ver en los pactos firmados por C,s, primero con el PSOE y más tarde con el PP. Por la izquierda vimos como también aparecía Podemos, y se proponía como socio del PSOE, al inicio, para después buscar ocupar su espacio, sin lograrlo por el momento. Conviene subrayar aquí que este puesto corresponde al extremo del espectro político, es decir, Podemos es extrema izquierda, asísin edulcorantes.
Alguien podrá querer adjudicarle a Podemos calificativos de ultra, o de estalinista, o comunista, incluso de fascista, que es hoy muy usado por gente que no tiene tiempo para coger un diccionario sencillo y leer lo que significa, pero la verdad es que el que le corresponde es el de extrema izquierda. Como es el caso de Vox, al que también le adjudican todo tipo de adjetivos, las más de las veces sin fundamento. Vox es extrema derecha porque ese es el puesto donde se emplazen el sistema político.
¿Y por qué tenemos partidos extremos actualmente en España? Ésta es la gran pregunta, y a mí me parece que la responsabilidad les corresponde a los dos grandes partidos, que vieron como en los últimos años el mundo y el país iba evolucionando, no solamente en lo económico sino también, y en gran parte como consecuencia, en lo social, sin reaccionar, sin hacer nada. La ciudadanía se ve desde hace ya unos cuantos años en una situación de creciente precariedad a la que los poderes políticos no dan solución –estos últimos días lo vemos bien en Francia- y es en estas situaciones cuando inician  su devenir algunos partidos con propuestas extremas, difíciles o imposibles de realizar, -recuerdo aquí el caso de Siriza en Grecia- pero que resultan atractivas para un gran número de votantes. En nuestro caso la tensión territorial y la respuesta, o la falta de ella, del gobierno nacional, tiene también gran parte de responsabilidad.
El caso es, y ya acabo, que estamos delante de una situación legal, puesto que los programas e idearios de los partidos son legales, si no no estarían aquí. Lo ilegal estaría en los medios para lograr sus objetivos –el mejor ejemplo está en el caso catalán- y hoy no es el caso. Si estos partidos consiguen más votos de los que les correspondería en una situación normal es por la falta de capacidad de los grandes partidos, y a ellos les corresponde solucionarlo, no basta con llamarlos extremos, ultras, anticonstitucionales o como hacemos en lodel título, hay que darle soluciones al ciudadano, esta es la salida para lo sucedido y para el futuro.
Raúl Suevos
A 11 de diciembre de 2018

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