Siguiendo la pandemia en Italia

 

Ha trascendido esta semana una de las primeras actas -saldrán otras posiblemente- de las reuniones de la Comisión de Salud pública en la que Fernando Simón hacia predicciones optimistas que más tarde la realidad desbarataría con la rotundidad de una bofetada. Una de esas tan de moda estos últimos días.

Después de ese inicial augurio del médico aragonés vendría el infausto encuentro futbolístico de los valencianos en el Bérgamo italiano, que nos traería la primera explosión del Covid y daría paso a lo que viene siendo una larga contienda contra la enfermedad, que marcará un hito histórico y social en el devenir de nuestras sociedades. Volver a lo que ha sido este proceso puede resultar agotador y frustrante a la vez pero hoy, precisamente, hemos dado, o mejor cabría decir nuestro gobierno ha dado, un paso que tiene una enorme enjundia en cuanto que se pretende finalizar la pandemia por la vía política. Chocante.

Se han eliminado prácticamente todas las restricciones en relación con el Covid. Se acabaron las cuarentenas, también los test, se autorizan las ocupaciones normales en la hostelería; la tasa de positividad a 7 o 14 días ya no será divulgada, pese a que estamos por encima de 450 y hace no mucho se decía que la normalidad estaba por debajo de la barra de 25. ¿Qué nos queda?

Quizás el último indicador sea el creciente número de viviendas de segunda mano que llegan al mercado inmobiliario; muchas de ellas resultado de la muerte prematura de sus propietarios y consiguiente venta de los herederos porque, conviene no olvidar que, no hace mucho, nos sobrecogíamos ante la cifra diaria de defunciones, para llenar a un Airbus 380, que en los últimos tiempos no baja de un Boeing 737, y como al parecer en estas últimas oleadas son los mayores los que suelen verse afectados por una deriva mortal, el resultado es un aumento en la disponibilidad de viviendas. Qué cosas.

El gobierno no parece inquieto, de ahí la nueva estrategia de comunicación, basada en la opacidad. Mayor mortandad en los mayores significa más viviendas en el mercado, y más impuestos sucesorios, más ivas a pagar tras la transacción pero, además de lo anterior, la Seguridad social se desembaraza del pago de unas cuantas pensiones, y del gasto inherente en atención médica de esas personas de edad. Es la parte soez y políticamente incorrecta de la historia, pero es la realidad.

En Italia sigue el gobierno aportando todo tipo de datos sobre la evolución de la enfermedad, y lo hace con carácter diario, no se esconde la realidad, y, dadas las similitudes de ambas sociedades, quizás tengamos que seguir la evolución en las tierras de Miguel Ángel para hacernos una idea de lo que aquí está sucediendo.  

Raúl Suevos

A 29 de marzo de 2022

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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