Matanzas en retirada
La guerra es uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis,
conviene no olvidarlo. No hay guerra buena, se puede discutir sobre si las hay
justas, pero no hay ninguna buena. Podemos divagar sobre los grados de maldad
que en ellas se pueden observar, y también tendremos que detenernos por un
momento en la batalla de Solferino, que marcó un antes y un después en el
enfoque humanitario en relación con el trato a heridos y prisioneros. Un tal
Henri Dunant fue el responsable y a él debemos el nacimiento de la Cruz Roja.
En los tiempos antiguos la gestión del terror era uno de los
elementos básicos del arte de la guerra y en ello Tamerlán (+1405), Timur Han, Timur el
cojo, ha pasado a los anales del arte de la guerra como uno de los más
sanguinarios gestores del terror, lo que, junto a su indudable genio militar,
le procuraría un gran imperio, al que el rey de Castilla envió embajadores a su capital Samarcanda. Imperio que desaparecería a su muerte entre luchas
fratricidas de sus herederos.
Tamerlán hizo famosas las pirámides de calaveras construidas
con los cráneos de los soldados y poblaciones vencidas. Cuentan las crónicas que
brillaban durante la noche, al parecer por el fósforo que contienen, y con ello
infundían un pavor irrefrenable a todo aquel que se veía obligado a caminar
noctambulo en sus proximidades.
La fama de su crueldad hacía que la mayoría de ciudades se le
rindiesen sin oponer resistencia. Era una forma eficaz de utilizar el terror
como arma de combate, y le funcionó muy bien hasta su muerte cuando planeaba
invadir China, algo de lo que tomó buena nota Abu Bakr al Bagdadí; efímero califa
del Estado Islámico que supo usar el terror de modo y manera que hacia recordar
enormemente a Tamerlán.
Hay otra forma de terror mucho menos elaborada. Es el que se
desencadena cuando los invasores se baten en retirada. En Europa existen
bastantes ejemplos durante las retiradas de las tropas nazis en distintos
escenarios. Se encuadran en procesos de derrota en los que se ven caer en
combate, directo o emboscadas, a muchos compañeros. Al enemigo no se le puede
batir pues es él el que lleva la iniciativa y la frustración y el propio temor
ante la derrota sólo tiene al alcance a la población civil que ha tenido la
desgracia de encontrarse bajo su control o dominio.
En Ucrania han aparecido los primeros cadáveres en la
población de Bucha, en el entorno de Kiev, de donde los rusos están
replegándose, con mayor o menor orden, hacia sus posiciones de partida en su
país. Es probable que estemos en una de esas típicas y desgraciadas situaciones
que a lo largo de la historia ha sufrido la población civil, y es también más
que probable que esta sea sólo la primera de una serie de desgraciadas
informaciones que irán llegando.
Raúl Suevos
A 4 de abril de 2022
Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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