Condenados a segunda división
Andábamos un tanto subidos de moral últimamente con lo de la
llegada del AVE a Asturias, que el señor Barbón señaló para mayo ante la
dubitativa ministra del ramo; y si bien será un AVE de aquellas maneras, a la
espera, vaya usted a saber para cuando, de la llegada de la infraestructura al
término gijonés, sí que parecía darnos un soplo de esperanza después de tantos
años. Es de suponer que aún más al dirigente socialista que con un ojo mira a
las vías y con el otro al calendario electoral.
El Sporting entre disgustos, alegrías y decepciones, no
parece que defina con claridad una senda que le lleve a cantar la ranchera
mejicana de la primera división. Pero es que el mundo del futbol es así, y aún
con más claroscuros si nos vamos a contemplar el mundial actualmente en juego,
donde unos y otros pasan de la risa al llanto con pasmosa celeridad. Una velocidad
que no tienen las cosas de Asturias.
Acaba de ratificarse por parte de Europa la red global de
comunicaciones ruteras de la misma y allí, para desgracia nuestra, y de algunos
otros arrinconados, no se contemplan las autovías hacia Madrid, lo que nos deja
sin acceso a los tan necesarios fondos europeos. Ye lo que hay, pero, sin
contemplamos con atención el mapa de tales rutas, que son negociadas por
el gobierno de la nación, salta a la vista que las regiones más privilegiadas
son aquellas, sorpresa, que cuentan con fuertes partidos nacionalistas, o mejor
independentistas, como es el caso de País Vasco y Cataluña.
El noroeste, Asturias y Galicia, queda postergado, y alguno
podrá pensar que la segunda paga las consecuencias de votar al partido opositor
durante demasiados años, pero, en nuestro caso, siempre de dócil voto
socialista, esta premisa no parece casar con tal idea. Tampoco hay consuelo
para los aragoneses, también parroquianos del partido de Pablo Iglesias, el
autentico, y que, pese a tener por el túnel de Canfranc una ruta directísima
hacia Europa, con línea férrea incluida, tampoco ven sus anhelos colmados con
la inclusión en tan deseada planificación europea.
Seguramente habrá muchas razones, así nos lo explicarán
llegado el momento electoral, si es que algún pretendiente lo saca a colación,
pero la realidad es tozuda y parece querer gritarnos que hay regiones que,
combinando el mayor peso poblacional, que se refleja en representantes en las
Cortes, y nuestro sistema electoral que prima la concentración del voto en determinadas
áreas, dándole mayor valor al mismo, logran sistemáticamente que el gobierno de
turno se vuelque en ellas en detrimento de aquellas que, obedientes y
despobladas, languidecen en segunda división.
Raúl Suevos
A 27 de noviembre de 2022
Comments
Post a Comment