Esperando por Alemania
Como la mayoría de mi generación crecí con una definida imagen de la potencia guerrera alemana; una idea apoyada en las páginas de historia que iban desde la derrota infligida a las legiones romanas en el bosque de Teotoburgo hasta las campañas de la Wehrmacht en la Segunda Guerra Mundial, sin olvidar, por supuesto, las bayonetas de Federico de Prusia o del canciller Bismarck.
Cuando en el 2004 me encontré al mando del Batallón multinacional del Eurocuerpo, en Strasburgo, descubrí un nutrido contingente alemán cuyos medios y personal me dieron, durante los dos años que estuve al frente, la oportunidad de adquirir un conocimiento real y cercano sobre la consistencia del Ejército alemán, y no era coincidente con la imagen que tenía previamente.
Alemania, tras el clamoroso final de la Contienda mundial, adoptó una posición ultrapacifista y antimilitarista que le ha llevado a dejar su defensa, desde el nacimiento de la Republica Federal, en manos de los Aliados primero, después de la OTAN, y siempre de los Estados Unidos, aunque haciéndolo compatible con el desarrollo de una potentísima industria de defensa que rinde enormes beneficios al país con sus exportaciones a múltiples países.
La guerra de Ucrania ha venido a hacer saltar todos los equilibrios; a nivel mundial y también europeo. Y Alemania, por boca de su canciller, parecía dar un paso adelante al prometer, a poco del inicio de la guerra, ingentes inversiones en Defensa con el objetivo de ponerse al frente de esa siempre esperada defensa europea. Algo que fue recibido con alborozo por todos los socios europeos, incluso Francia.
Pasados los meses aquello fue enfriándose, hasta el punto de que los apoyos alemanes a Ucrania brillaban por su cicatería política, y el presupuesto de defensa alemán ha sufrido nuevos recortes este año. Ahora, cuando muchos países europeos, entre ellos España, se muestran dispuestos a enviar los Leopard de patente alemana, el canciller Scholz se muestra renuente a levantar su veto, y mañana, en Ramstein, la gigantesca base norteamericana en el sur de Alemania, su nuevo ministro de defensa, con tres días de ejercicio, sufrirá las presiones de sus colegas de la OTAN.
Quizás sea la última oportunidad para el liderazgo europeo de Alemania, y no hay duda que tanto Europa como Ucrania necesitan una Alemania fuerte y asertiva. Ye lo que hay.
Raúl Suevos
A 19 de enero de 2023
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