Hola y el tercermundismo asturiano
Mi mujer está que trina. Ella no suele comprar la reina de
las revistas del corazón, ni ninguna otra; salvo cuando se trata de bodorrios
reales, en cuyo caso se apresura a lograr un ejemplar para su particular
colección. Es cosa de tradición familiar según me cuenta.
El caso es que la boda de moda, la de la influencer Tamara,
no entraba en el rango de la realeza pero, si tomamos su condición de marquesa,
y la trascendencia mundial de su familia en general y alguno de sus medio
hermanos en particular, el asunto contaba con rasgos suficientes como para
introducir en el apartado coleccionable al ejemplar de Hola que hoy llegaba a
los kioskos.
Pero no. A Gijón no ha llegado el Hola, y eso pese a que,
según me cuenta mi mujer, dada la repercusión del asunto, esta semana se había
editado en tres ciudades a la vez para así aligerar la huella logística que,
desde Madrid, hubiese sido mucho más gruesa y de difícil gestión. Y eso ha sido
indignante, al menos para mí costilla.
Yo he tratado de explicarle la situación desde el punto de
vista geográfico, orográfico y comunicacional. Aunque no sé si habrá servido
para aplacarla. Le he contado que, por avión, desde Madrid hubiese costado una
millonada puesto que Iberia, aprovecha su condición cuasi oligopólica para
poner unos precios al viaje que harían que la revista resultase prohibitiva.
Tampoco serviría el tren, que aún sigue por la Rampa de Pajares y nunca se sabe
si un argayo la puede cortar de forma inopinada, teniendo que pasar carga y
pasajeros a otro medio de circunstancias, como puede ser un autobús, que puede
encontrar niebla, o un accidente que lo bloquee. No es buen asunto. No hasta
que la variante este abierta, asunto viejo de veinte años y que aún no tiene
fecha segura, por más que las elecciones animen a alguno a aventurarse con el
calendario.
Podían haberla enviado en camión, pero si usan el Negrón,
rápido y seguro, también puede afectar al precio, al menos si lo hace con los
asturianos, los de hoy y los del futuro. Aunque siempre les queda la solución
santanderina para ahorrarse el peaje, pues ellos cuentan con autovía para subir
a la meseta, gratuita aún aunque esté ya bajo amenaza.
Podríamos esperar a la versión inglesa del Hellow si
tuviésemos la autopista de mar, en dique seco hace ya unos años, pero ésta
venía de Francia, donde no editan el Hola. Aunque lo mejor es resignarse y
esperar, que al final siempre llega, si bien con retraso, y recordándonos a los
asturianos que somos una región de segunda categoría, y lo que nos queda.
Raúl Suevos
A 10 de julio de 2023
Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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