La seguridad y la defensa en la España de hoy
LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA EN LA ESPAÑA DE HOY
Seguridad y defensa son dos conceptos que en muchas ocasiones coinciden o se yuxtaponen y quizás por ello el ciudadano encuentra dificultad en delimitarlos y valorarlos en su justa medida. Estos últimos días hemos tenido varias muestras de ello y de cómo ciudadanía y medios de comunicación reaccionan ante sus efectos.
En Cataluña parece evidenciarse un problema de seguridad con una imagen repetitiva de reyertas sangrientas en la calle a plena luz del día, como la reciente de Canovelles, que llevan a la manifestación espontánea de grupos ciudadanos en busca de una reacción de la clase dirigente. Podríamos deducir que en este caso la ciudadanía tiene claro que existe un problema de seguridad, que le afecta directamente, y por ello pide soluciones.
También en estos días nos enteramos que narcos rescatan en el Estrecho a guardias civiles que en su persecución acabaron en el mar, imágenes atractivas para los telediarios. Guardias civiles compañeros de aquellos que vimos y vemos enfangarse y jugarse la vida en caso de catástrofes como las que recientemente asolaron el sudeste de España; o de esos que atrapan CDR,s aprendices de terroristas. También en estos casos el ciudadano percibe que hablamos de seguridad, aunque no tenga problema en desentenderse en lo que toca a la situación económica y social de esos mismos guardias en el conjunto de España y particularmente en el País Vasco, y actualmente en Cataluña. Ese carácter militar lleva a que su entrega y esfuerzo se pague menos que el de una policía local o autonómica, también menos que la policía nacional. ¿A quién le importa?
Empiezan a desdibujarse los contornos de la imagen cuando los rescatadores son militares, como en el caso de la UME, y ello pese a las sinceras muestras de agradecimiento de aquellos que reciben directamente esa ayuda pero que no se percatan de que esas ayudas van a cargo de la Defensa, con costes mucho más baratos puesto que la condición militar no entiende de horas extraordinarias, ni de guardias pagadas, ni de retenes. ¿Es seguridad o es defensa? A todos parece beneficiar y el destino en la UME de esos soldados es voluntario así que… ¿A quién le importa?
Finalmente toca hablar del atentado con coche bomba que hace un par de días en Mogadiscio, Somalia, casi acaba con la vida de varios de nuestros militares allí desplegados. Salvaron la vida gracias al Lince, un vehículo blindado adquirido después de que en un atentado similar en el Líbano
cuatro militares perdiesen la vida porque el vehículo BMR, con más de 40 años de servicio, no fuese suficiente protección. Eran tiempos de la ministra Carmen Chacón que se apresuró a comprar protección en forma de nuevos vehículos para nuestras tropas.
Como no ha habido muertos en Mogadiscio apenas ha habido cobertura mediática. Las elecciones y su parafernalia todo lo ocupan. No habrá seguimiento de los heridos, ni tampoco nadie nos contará cómo se vive la tensión en esas misiones en las que un simple desplazamiento puede convertirse en una trampa mortal, como el video que circula por las redes sobre este atentado nos muestra. Tampoco los nervios que se gastan en una simple guardia en lo alto de una garita donde una granada de artillería ¿equivocada? disparada por los israelíes puede segar tu vida. O incluso el relajo de un hotel en Mali que puede convertirse en una emboscada sangrienta como sucediera el pasado año y en el que un comandante español contribuyó a evitar que la cuenta de fallecidos fuese mayor. Todo ello es seguridad, todo ello es defensa.
Hablamos de defensa avanzada, la que se desarrolla en nuestro entorno estratégico como es el Sahel o el Oriente Medio, zonas en las que al aportar seguridad con nuestros militares evitamos que lleguen elementos que puedan poner en peligro la propia, la que valoramos en nuestras calles, la que nos
proporcionan las Fuerzas de seguridad como la Guardia Civil, ese cuerpo de carácter militar que los separatistas catalanes quieren expulsar de Cataluña.
La seguridad y la defensa se superponen y se confunden, ambas son necesarias, imprescindibles, pero es necesario que alguien eduque a la ciudadanía sobre la dimensión y alcance de cada una de ellas para que así se encuentre en condición de valorarlas y apreciarlas, y eso no está en las capacidades de los protagonistas sino en las manos de la clase dirigente y de los medios de comunicación, de lo contrario cada vez que nos llegue la noticia de un atentado tendremos que seguir preguntándonos ¿A quién le importa?
Raúl Suevos
En Gijón a 6 de octubre de 2019
Versión es asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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