La teoría de los anillos
No se trata de los anillos de Mordor, aunque esta teoría
también va de dominar al mundo. Se trata de la teoría del geógrafo Halford
Mackinder, quien en 1904 definió un “Pivote geográfico de la historia” que se
encontraría en el centro de la “isla mundial”, es decir, Eurasia, rodeado de
anillos de tierra, y que hoy coincide con las antiguas repúblicas soviéticas
conocidas como los “Tanes”, Kirguistán, Uzbekistán, Kazastán, Turkmenistán y
Tayikistán, -alguno me queda, seguro-.
Según Mackinder, desde esta tierra corazón se controlaba todo
lo demás, -él aún no contaba con el apabullante crecimiento de la antigua
colonia americana- y por ello, “Quien gobierne la Tierra corazón dominará la
Isla mundial, y quien gobierne la Isla mundial controlará el mundo”, ¿Les
suena? Con el tiempo y los avances tecnológicos está teoría pasó a ser carne de
ratas de biblioteca, pero, últimamente, parece que algo se mueve.
Empezó la propia Unión Soviética con su caída y la aparición
de las nuevas repúblicas, sobre las que aún mantenía un tenue control, pero, al
tiempo, apareció la China de Deng Xiao Ping, hoy bajo el control de Xi Jinping,
y gigante mundial en busca si no de la supremacía, sí de la equiparación con
los EEUU.
China y su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda han sido los
grandes protagonistas de la Globalización, con ingentes desarrollos por todo el
mundo que han dejado a muchas naciones dependientes de la deuda contraída para
pagar las obras, deuda con China, por supuesto. Lo que ha acabado por dar mala
imagen al país de los Guerreros de Xian, o quizás la imagen real.
Con el Covid y el despertar geopolítico de los EEUU, ya en
tiempos de Obama, parecía que el asunto se tranquilizaba por parte china, pero
la Invasión de Ucrania ha venido a trastocarlo todo. Putin dejará a su país por
los suelos, ya es dependiente económicamente de un puñado de compradores de
materias primas, principalmente China e India, y, quizás por ello, el juego de
los anillos se ha puesto de nuevo en marcha.
Este fin de semana Xi se ha reunido en Xian, precisamente
allí, con los presidentes de los Tanes antes citados, para poner en marcha
nuevos créditos para infraestructuras, trenes y oleoductos, por valor de casi 4
mil millones de euros, lo que permitirá comerciar directamente con Europa sin
pasar por Rusia, dejándola aún más dependiente, casi servil en el caso chino, y
a los Tanes también.
Mientras, los del G-7, sin el inestimable concurso del doctor Sánchez, charlan simpáticamente en Japón, casi
sin agenda y con una participación europea cada vez más simbólica y carente de
poder real. Ye lo que hay.
Raúl Suevos
A 21 de mayo de 2023
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