Argentina de nuevo en el diván
Es el diván, al que antiguamente se conocía como chaise
longue en las casas de postín, un mueble que se ve frecuentemente en las
comedias americanas, muchas de ellas en plan psicodrama, en las que hacen pasar
por el psicólogo, o el psiquiatra, a alguno de los protagonistas, según lo vaya
exigiendo el guión.
El caso argentino tiene mucho de psicodrama colectivo, quizás
por ello, al no lograr primados mundiales más que en el futbol, y de aquellas
maneras, llevan años liderando las cifras de producción y exportación, no de
vinos, que los hacen excelentes en la histórica Mendoza, base de partida de San
Martín para su cabalgada andina, sino de psicólogos. Es el país, con Buenos
Aires a la cabeza, el mayor centro de producción de mecánicos de meninges que existe en
el mundo. Y no es para menos.
Si para la pregunta de cuándo se jodió el Perú la respuesta
no acaba de estar clara, en el caso argentino todo parece apuntar a la
presidencia de Hipólito Irigoyen, particularmente a la segunda, iniciada en
1928, justo antes del crack del 29, que acabaría abruptamente con un golpe
militar, iniciador de una serie dramáticamente larga.
Irigoyen inculcó en el país la doctrina nacionalista-populista,
una receta eficaz para ganar elecciones
a corto y destruir naciones a medio plazo. Tras él los gobiernos
militares, del que Perón, y el peronismo, hicieron base, fueron la tónica
continuista en el país que por un tiempo deslumbró al mundo. Los Kirchner
fueron, son, el último retoño.
Hoy vuelve a hablarse de inflación desbocada en el país, con
amenazas renovadas de impago de la deuda. Está la cosa tan jodida que ninguno
de los dos últimos presidentes, Fernández, el ejerciente, y Macri, el anterior,
quieren presentarse a la elección que tendrá lugar el próximo octubre. Aguas
ideales para un pescador con buena caña.
Y aquí es cuando aparece Javier Milei, un economista, de
mediocre trayectoria docente y nula en el ámbito productivo, que desde las
plataformas y foros televisivos ha logrado darse a conocer con una propuesta
económica libertaria, que no liberal, que le ha llevado a ganar un curul de
diputado, y ahora a pretender la presidencia.
Propone una liberalización total de la economía, bajadas
radicales de impuestos, libertad de armas, eutanasia, matrimonios libres de
todo tipo, mercado de órganos, y algunas otras del mismo carácter que le llevan
a dominar las encuestas actualmente, lo que parece asegurarle el pase a la
segunda ronda electoral.
Milei es un indicador del estado deplorable del alma
argentina, que sólo parece reaccionar, quizás por ello, ante los asuntos futbolísticos.
Y mucho me temo que, visto como va el resto de Iberoamérica, va a haber visitas
al diván todavía durante unos años. Ye lo que hay.
Raúl Suevos
A 3 de junio de 2023
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