Dar la vuelta a la tortilla
Dicen los vascos, que en gastronomía parecen haberlo
inventado todo, que la tortilla nació en una venta cuando Zumalacárregui, el
carlistón, avanzaba hacia Bilbao para arrebatársela a los isabelinos, es decir,
al gobierno. En todo caso, lo que está claro es que estamos ante un plato que
en función del tamaño hay que ponerle huevos, y también aumentar el diámetro de
la sartén. Con ésta última, y su crecimiento, se agranda también el problema de
darle la vuelta, a la tortilla.
Con la fama del plato también llegó su uso en la lengua
coloquial, y así llegamos al “darle la vuelta a la tortilla” que lleva implícito
en su significado la capacidad para cambiar el sentido de una situación, probablemente
negativo, hacia una salida, generalmente inesperada, de carácter positivo, que,
por lo inopinado, se aprecia como un éxito rotundo.
Nuestro presidente, en funciones, tiene merecida fama de resiliente,
y hasta le han escrito un libro dando cuenta de sus habilidades de
superviviente político; de modo que ahora, en plena vorágine poselectoral y con
un panorama ciertamente enrevesado, tiene a todo el mundo con el alma en vilo
ante lo que pueda ser capaz de hacer para salirse con la suya; que no es otra
que continuar al frente del gobierno.
La enorme tortilla que está por cocinar lleva un montón de
huevos, de diferente tamaño y cáscara, por proceder de diferentes gallinas.
Algunos de Sumar, rojos, pero también los de Podemos, con pintas oscuras, sin
olvidar aquellos grises de Compromís. También parece contar con los azules del
PNV, y del mismo gallinero llegan los de la cáscara amarga de Bildu. De
Cataluña le han enviado los del sacristán Junqueras, a la espera de los que
puedan llegar de Waterloo. Es decir, muchos huevos, y al precio que va el
aceite, sin contar el del gas, todo parece ponerse cuesta arriba, porque, es fácil
colegir que un huevo puede romperse en cualquier momento.
Es aquí, en la dificultad de empezar tamaña proeza, y luego
mantenerla, aunque sea a costa de la implosión de la propia cocina, el PSOE,
que el doctor Sánchez puede estar pensando en darle la vuelta a la tortilla, en
el sentido del dicho coloquial; es decir, en dejar a todos pasmados, una vez
más, y convocar elecciones, presentándose ante los electores como el patriota
que no está dispuesto a vender el país por unas docenas de huevos, ni tampoco a
dejarlo en manos de una oposición que, según señalan los miembros del gobierno,
un día sí y otro también, representan la ultraderecha más recalcitrante y
fascista de Europa. Ye lo que hay.
Raúl Suevos
A 17 de septiembre de 2023
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