Hablando neerlandés
Holanda ya no es Holanda, ahora, y también antes, son los Países
Bajos, y todo ello porque el primer nombre corresponde a una región y no al
conjunto del país, algo que, al parecer, le tocaba los pies al resto de
neerlandeses, y de ahí el cambio del nombre oficial del país por el de
Netherlands o Países Bajos, que es lo mismo.
Es un país particular, antigua posesión de la corona de los
Austrias; a nosotros, los españoles, nos supuso momentos de gloria para
nuestras armas gracias a los Tercios, y también una sangría enorme de hombres y
caudales que de otra forma hubiesen podido dedicarse a otros asuntos más
rentables en el tiempo.
Ellos, los neerlandeses, una vez independientes, fueron
capaces de crear un imperio gracias a sus técnicas comerciales, sus navegantes,
y su mala leche; pero la presión de los ingleses, de un lado, y sus propios pecados,
del otro, dieron al traste con lo que parecía imparable. Todo, o casi todo, se
desmoronó con la burbuja de los tulipanes, una locura inflacionaria que explotó
de golpe hundiendo la economía del país.
En los tiempos modernos no les va mal, o iba. Su monarquía
parlamentaria está muy asentada, y el régimen de libertades está entre los más
avanzados del mundo. Con un sistema de acogida que ha sido ejemplo para todo
Occidente, aunque algo parece que ha empezado a dejar de funcionar.
La emigración es un problema para muchos. Con un 13% de
población inmigrante, sin contar los de segunda generación, y una mayoría de
procedentes de países islámicos, el país se ha visto en los últimos años como
noticia de primera plana por diversos sucesos relacionados con el radicalismo
islámico, lo que dio en su momento al nacimiento de partidos contrarios a la
emigración, o xenófobos para algunos, o islamófobos para otros.
Es el caso del Partido por la libertad, de Geert Wilders, fundado
por él en 2006, tras dejar al Partido popular, demasiado pusilánime para él
respecto al Islam. Un partido que poco a poco ha ido creciendo en los sucesivos
procesos electorales, hasta el celebrado este martes, en el que ha logrado un
37% de los votos, de largo el ganador.
Llega el momento de formar gobierno. Ya veremos qué pasa,
pero es un hecho que en Europa tenemos un problema de difícil solución –hoy nos
enteramos que la tasa de natalidad española ha tocado fondo, y que las mujeres
migrantes triplican la de las españolas- pues no logramos asumir culturalmente
a los nuevos pobladores, que se arremolinan en modernos guetos, al tiempo que
seguimos necesitando esos brazos para nuestra estructura económica. Ye lo que
hay.
No es un fenómeno holandés sino europeo.
Raúl Suevos
A 23 de noviembre de 2023
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