El Barça y España
Confieso de entrada mi ínfimo interés por el deporte del
futbol, aunque al tiempo reconozco que ya hace mucho tiempo que comprendí que
la ignorancia en asunto tal me dejaba fuera de gran parte de las conversaciones
desarrolladas por varones españoles. Ahora, tiempo en que la mujer también ha
entrado en tal contubernio, parece que las cosas del país siguen más o menos
igual; futbol y política, no hay más.
Con esas premisas sigo la actualidad del futbol con cierto
distanciamiento que me permite escapar de las pasiones que ello suscita; y con
la política intento, seguramente con menos éxito, seguir la misma conducta. De ahí
que las vicisitudes del Barça me interesen vivamente y observo que, desde la
primera presidencia del señor Laporta, las cosas van de mal en peor en esa
casa, casi a la par que la política catalana, con presidentes encarcelados o
imputados, intervenciones intempestivas de los mozos de escuadra, y,
lógicamente, una actuación cada vez más deficiente del equipo de futbol en lo
nacional y lo internacional.
En esa política populista llevada a cabo por los dirigentes
de esa casa, la contratación de Xavi, gran figura del futbol nacional y del
club, como entrenador, buscaba repetir el indudable éxito que supuso la llegada
de Guardiola al banquillo; pero que la situación sea similar no asegura que,
con distintas personas, el resultado también lo sea; y el pobre Xavi, con
claras limitaciones en su desempeño como entrenador, ha ido, tras una liga
abandonada en el camino por sus contrincantes el pasado año, de mal en peor,
hasta el punto de declarar hace ya unos meses, en un gesto inédito, que dejaría
el banquillo al final de temporada, para asombro del mundo del futbol.
Tiempo después, y con más penalidades que satisfacciones,
ayer sorprendió al país, con el anuncio de que seguirá al frente del banquillo
barcelonista, sacrificando su palabra en beneficio y a petición del la
dirigencia blaugrana; algo que, es de suponer, agradecerá su afición, y dicen
que también la de sus históricos contrincantes.
Como el universo es entrópico, ayer quisieron lo hados que
nuestro presidente, el doctor Sánchez, conocido por sus gestos efectistas y
rompedores, anunció que se toma cinco días de meditación transcendental para
decidir qué hace con su vida, y de paso la de los españoles, algo que tendrá a
bien comunicarnos el próximo lunes, pues en ello entran ciertas insinuaciones
dimisionarias. Una situación novedosa para España, y también para Europa, que
nos tendrá en vilo a todos hasta ese momento.
Con la campaña catalana en marcha, y viendo a Xavi, a mí me
da que estamos, una vez más, ante un histrionismo más del doctor Sánchez. Ye lo
que hay.
Raúl Suevos
A 25 de abril de 2024
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