Calomarde 2.0.

 

El nombre corresponde a un pequeño municipio turolense, apenas cien habitantes, cerca de dónde nace el Tajo y en plena comarca de Albarracín, pero también es el apellido de un notorio político del siglo XIX del que queda aún en el habla común aquella frase de : “manos blancas no ofenden”, respuesta que el susodicho dio a la bofetada recibida de una Infanta de España, al enterarse ésta de que había logrado la firma del rey felón, Fernando VII, para derogar la Pragmática sanción y reinstaurar la Ley Sálica, lo que dejaba fuera del trono a Isabel II, como mujer.

El tipo era de humildísimo y labriego origen, pero listo como el hambre, lo que le llevó a estudiar leyes en Zaragoza para luego medrar en la corte madrileña, primero a la sombra de Godoy, para después, con la restauración absolutista, hacerse imprescindible para el monarca, llegando a ministro de Gracia y Justicia, que era como se denominaba entonces al ramo encargado de las relaciones con las Cortes y la Justicia.

El tal Calomarde estaba en todos los ajos, siempre actuando en beneficio del rey, aquel felón, y en detrimento de lo que suponían los poderes emanados de la Constitución de 1812. Caería con la desaparición del rey nefasto y la llegada al poder del movimiento liberal, para acabar sus días exiliado en Toulouse.

Nuestro actual ministro de Gracia y Justicia, además de Presidencia, el señor Bolaños, me recuerda tremendamente a aquel baturro, si bien éste es nacido en Madrid, aunque como aquel de familia humilde, y también dotado con indudables luces e ingenio como para haber desarrollado una brillante carrera como estudiante, y después como letrado; si bien es, ya como ejecutor de los designios de su mentor y patrón, el doctor Sánchez, cuando ha alcanzado, no diré el favor de la ciudadanía, pero sí una enorme notoriedad.

Bolaños dispone de más poder que Calomarde, por delegación como él, y su carrera como “desfacedor” de entuertos, o ejecutor de mandatos espinosos –recuerden el desahucio franquista del Valle de los Caídos- lo atestiguan, pero ha sido con la negociación y desbloqueo del Consejo del Poder Judicial cuando ha alcanzado las cotas más altas, como aquél con la derogación de la Pragmática, y si bien no fue abofeteado, no cabe duda que concitó las iras de muchos, entre oposición y judicatura, cuando afirmó que el acuerdo “no es vinculante”, pese a su firma al pie. Ye lo que hay.

Viendo el discurrir de la vida de Calomarde, tan dependiente de su señor, y tan abandonado a su suerte tras su desaparición, convendría que su remedo actual anduviera con tiento, para cuando haya que renovar las covachuelas.

Raúl Suevos

A 30 de junio de 2024

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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