Los fiscales de Giorgia Meloni

 

En Italia acaban de aprobar un ley, pendiente de referendum, de reforma de la judicatura en la que se separa a los jueces judicantes de aquellos instructores. Es decir, que estos últimos, que allí los llaman procuradores si bien formen parte en igualdad de la carrera judicial, serán con la nueva ley una rama absolutamente separada, aunque de facto ya lo era, pues entre aquellos jueces que elegían dedicarse a la instrucción, apenas había  vuelta atrás aunque pudiesen hacerlo y regresar con sus compañeros a los tribunales judicantes.

El asunto, como aquí, y pese a ser aprobado en la Cámara por la mayoría del gobierno y algunos más, ha encontrado allí el rechazo de la izquierda, que dice que los jueces perderán independencia, si bien la mayoría del cuerpo judicial no ha puesto ninguna objeción. Entonces ¿dónde está el problema? Yo no lo veo, al contrario, me parece un avance en la buena dirección.

El meollo de la nueva ley está en que las ramas ahora separadas contaran cada una con un CSM, consejo superior de la magistratura, nuestro Consejo general del Poder Judicial, que en el caso italiano contará con mayor independencia del nuestro pues allí sólo un tercio de sus componentes será elegido por la Cámara, se supone que entre juristas –jueces, letrados y catedráticos- de contrastado nivel; y el resto, y ahí es donde reside el problema para algunos, serán insaculados –palabro de uso casi olvidado y que quiere decir elegidos por una mano “inocente” de una bolsa cerrada- mediante método moderno y entre aquellos miembros de la judicatura, para cada rama, con las características requeridas. Un método que acaba con las “quotas” para las asociaciones o los partidos políticos. Es decir, o al menos es lo que me parece, que se gana independencia.

La ogresa Meloni, femenino de ogro que he buscado en la RAE para no pillarme los dedos con la tecla, al parecer, lo llevaba en programa cuando no era más que un partido minoritario, y ahora que dirige el gobierno que lleva camino de convertirse en el más longevo de la República no sé le ocurre otra cosa que mantener sus promesas ¡Habráse visto¡

Aquí el lacayo sanchista de apellido Bolaños ha presentado una propuesta de ley, que no creo que llegue nunca a aprobarse, en la que también se busca esa separación, mediante la eliminación de los jueces instructores y dejando todo ese aspecto en manos de los fiscales que decidirían, en definitiva, qué es lo que merece la apertura de una instrucción y lo que no, y todo ello manteniendo la dependencia orgánica del gobierno. Imagínenselo.

Va a resultar que Meloni ahora es un faro de luz democrática. Ye lo que hay.

Raúl Suevos

A 1 de noviembre de 2025

Traducción en asturianu en abellugunelcamin.blogspot

Comments

Popular posts from this blog

¡ De aquí no se mueve ni dios¡

Se ha ido el Chío

El general Gan, una novedad a la italiana